A pesar del buen día parecía que íbamos a ser pocos dando pedales. A primera unos 20 pero poco a poco fuimos sumando amapolas al grupo y fácil llegamos a ser más de 40. De agradecer un agregado que nos deleito con su caída en parado (pedales nuevos). Muchos tirones durante toda la mañana hicieron que a más de uno se le subiera el pulso. Al final de la etapa nos seguían buitres merodeando los cadáveres que llevábamos en el grupeto.
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